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Milei se divorcia políticamente de Villarruel: El fin de una relación que nunca fue

En un giro inesperado, el presidente da un golpe de timón estratégico y desliga su imagen de la vicepresidenta, dando por concluida una relación que ya estaba rota en los pasillos del poder.

InfoMas Política 22/11/2024InfomasInfomas
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Milei se divorcia políticamente de Villarruel: El fin de una relación que nunca fue

En un giro inesperado, el presidente da un golpe de timón estratégico y desliga su imagen de la vicepresidenta, dando por concluida una relación que ya estaba rota en los pasillos del poder.

En los últimos días, el clima político argentino ha vivido un quiebre inesperado: Javier Milei, el presidente que goza de una popularidad imparable, decidió marcar una línea clara de distanciamiento con Victoria Villarruel, su vicepresidenta, en lo que parece un "divorcio" político calculado. Si bien los lazos entre ambos habían comenzado con promesas de unidad, lo cierto es que, detrás de la fachada institucional, las diferencias de poder y estrategia venían gestándose desde hace tiempo.

La pregunta que ronda en todos los rincones de la política argentina ahora es: ¿por qué Milei decide romper con Villarruel en este momento de su gobierno? La respuesta parece estar en un hecho crucial: la imagen de la vicepresidenta, que se ha fortalecido entre la opinión pública, ha comenzado a representar una amenaza al liderazgo indiscutido del presidente. La popularidad de Villarruel, pese a su rol subordinado, ha dejado de ser un activo para Milei, convirtiéndose más bien en un obstáculo que podría desestabilizar la imagen del presidente. En una cultura política como la argentina, donde el liderazgo excluyente es la norma, no puede haber dos figuras de peso en el mismo espacio. Y Milei, en su mejor momento de popularidad, ha decidido erradicar cualquier sombra que empañe su protagonismo.

El quiebre, sin embargo, no es solo cuestión de imagen. Fuentes cercanas al presidente indican que el círculo íntimo de Milei, encabezado por su hermana Karina, desconfía profundamente de las aspiraciones políticas de Villarruel. A pesar de los acuerdos previos, como la promesa de ocupar cargos clave en su gabinete, Villarruel ha sido excluida de las decisiones estratégicas, lo que revela las fracturas internas de una alianza que nunca fue sólida. De hecho, se cree que Villarruel, con su creciente popularidad, podría haber sido vista como una competencia en su propio espacio político.

Este distanciamiento se traduce también en una falta de confianza en las perspectivas políticas a futuro. Aunque Villarruel parecía ser una candidata ideal en la Provincia de Buenos Aires, las diferencias con Milei han puesto en duda su potencial político. Para el presidente, es fundamental mantener el control absoluto de la narrativa política, y la figura de Villarruel se ha convertido en una amenaza a ese equilibrio.

El mensaje de Milei a sus seguidores es directo: "¿Me siguen a mí, que lidero el proceso económico, o a la vicepresidenta?". Este giro estratégico se produce en un momento clave de su gobierno, cuando, con la economía en un delicado equilibrio, no puede permitirse que su liderazgo sea cuestionado. Mientras tanto, la respuesta de Villarruel se hace esperar; ella opta por no confrontar directamente, consciente de que cualquier movimiento prematuro podría alimentar nuevos ataques de su superior.

El quiebre de esta relación política, que ya se venía incubando, es un recordatorio de las duras reglas de la política argentina: la competencia por el poder no da lugar a segundas oportunidades. En este divorcio político, la ambición de Villarruel y el control absoluto de Milei han terminado por chocar, dejando a la opinión pública en vilo sobre cómo continuará la historia de este distanciamiento.

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